Como cuidar nuestra piel durante el verano
El verano es una estación de días eternos, llenos de sol, calor y ese aire que nos encanta, pero del cual debemos cuidar nuestra piel.
Como ya sabemos, es necesario cuidar la piel durante todo el año, pero durante los meses de verano necesitamos profundizar nuestra hidratación y protección.
La exposición al sol y a las altas temperaturas vuelve muy vulnerable a nuestra piel. Llegado el verano, ésta requiere un cuidado más intenso para preservarla en las mejores condiciones: limpia, hidratada y protegida de los rayos UV.
¿Cómo afecta el sol a nuestra piel?
El cuerpo humano está diseñado para aprovechar el sol. La luz solar contribuye a mantener nuestros patrones de sueño, lo que hace que podamos permanecer despiertos durante el día, durmiendo por la noche. La manera en que nos exponemos al sol es muy importante; exponernos muy poco, sobre todo en los meses de invierno, puede hacer que algunos nos volvamos propensos a un tipo de depresión conocido como trastorno afectivo estacional. Asimismo, la luz solar ayuda a que la piel produzca vitamina D, necesaria para el funcionamiento normal de los huesos. No obstante, como todos sabemos, la luz del sol también puede causar daño.
La exposición constante a los rayos UVB puede producir quemaduras, mientras que los rayos UVA pueden penetrar la piel a mucho mayor profundidad que los rayos UVB. Aunque un tipo de rayos UV penetre más que el otro, ambos tipos dañan la salud y la piel. Al penetrar en la piel, estos rayos alteran muchos procesos de crecimiento y regeneración celular.
Algunas de las consecuencias principales de la exposición constante a los rayos del sol sin protección son:
.Pérdida de elasticidad en la piel
.Aparición de manchas y arrugas
.Cáncer de piel (aparición de melanomas)
.Desarrollo de alergias solares
Con el tiempo, la exposición desmesurada a los rayos solares puede reducir considerablemente la elasticidad de la piel; incluso, ésta puede engrosarse, arrugarse o afinarse como papel. La piel desarrolla ciertos mecanismos para prevenir o reparar el daño causado; por eso, la capa más externa de la piel se despoja constantemente de las células muertas y se regenera.
Aunque parezca repetitivo, es muy importante conocer los riesgos que conlleva la exposición al sol sobre nuestra piel, para tener herramientas que nos permitan prevenir futuras enfermedades; una de estas herramientas y la principal para proteger la piel es el uso de bloqueador solar todos los días, incluso los nublados.
Efectos positivos del sol
Como se mencionó, la luz solar permite mantener nuestros patrones de sueño en un punto óptimo, lo que hace que podamos permanecer despiertos; también mejora nuestro estado de ánimo, ya que promueve la producción de serotonina. Este neurotransmisor ayuda al organismo a generar vitamina D, tratándose de uno de los fenómenos biológicos más importantes y necesarios de nuestro organismo. Por su parte, la vitamina D es muy necesaria para la mineralización de los huesos, contribuyendo a fortalecerlos al favorecer la absorción de calcio y fósforo.
Asimismo, la vitamina D estimula al sistema inmune, ya que ayuda a incrementar el número de glóbulos blancos, contribuye a disminuir la presión arterial pues mejora la vasodilatación, que aumenta la circulación de la sangre.
Algunos consejos que podemos darte para que tengas en cuenta al realizar el cuidado de tu piel durante el verano son los siguientes:
Limpieza y preparación
El organismo responde al calor con sudoración; con ello genera humedad, que en ocasiones puede provocar infecciones o dermatitis en ciertas zonas. Para evitar imperfecciones, lo mejor es comenzar el día con una rutina suave, que elimine la suciedad sin alterar el manto ácido de la piel.
Hidratación
La hidratación de la piel durante el verano, tanto de forma externa como interna, es realmente importante. La falta de agua y la deshidratación de la piel se traducen en un aspecto seco, apagado e incluso descamado. Las duchas, los baños y beber agua abundantemente pueden prevenir la deshidratación de la piel. Para lograr una hidratación adecuada es indispensable seleccionar cremas o sérums de textura ligera, que contengan activos concentrados, como ácido hialurónico y diversos extractos botánicos. La presencia de estos componentes también en la crema hidratante, beneficia aún más la hidratación y hace más fácil hacer frente a los efectos nocivos de la contaminación.
Protección solar
Como hemos señalado en artículos anteriores, uno de los principales errores que cometemos es aplicar protector solar sólo si vamos a la playa o a una piscina a tomar sol. Lo cierto es que estamos expuestos a los rayos solares en cualquier zona exterior.
El protector solar es nuestro mejor aliado para prevenir arrugas y manchas en la piel, por lo que recuerda aplicarlo siempre antes de salir.
¡Toma agua!
La hidratación de la piel debe realizase tanto por fuera como por dentro. El cuerpo pierde agua con el calor y es necesario reponerla. La falta de agua en el cuerpo puede producir envejecimiento prematuro y sequedad en la piel. Para mantener nuestra piel bien hidratada debemos beber al menos dos litros de agua diariamente. Tenerlo en cuenta hará que nuestra piel se vea radiante en cualquier época del año.
Alimentación
No estamos casados con ningún tipo de dieta, pero lo cierto es que la ingesta de determinados alimentos ayuda a mejorar el aspecto y la salud de la piel. Para cuidar tu piel en verano consume frutas, verduras y alimentos ricos en antioxidantes, ya que ayudan a prevenir la degeneración celular y estimulan el flujo sanguíneo de la piel.
Entre los alimentos que favorecen la hidratación y el bienestar general del organismo figuran: almendras, nueces, pescado como fuente de vitamina A, duraznos como fuente de vitamina B, naranjas, piña y kiwi que son una gran fuente de vitamina C, frutos secos y tomates para la vitamina E.
Éstos son algunos pasos que nos ayudarán a proteger y a nutrir nuestra piel durante el verano, dejándola lista para la estación que sigue.