Caléndula
(Calendula Officinalis)
La caléndula es una planta de la familia Asteraceae originaria de Egipto y el sur de Europa, se ha utilizado durante siglos por sus propiedades medicinales y cosméticas. En el cuidado de la piel ha ganado popularidad gracias a su gran contenido de compuestos bioactivos que le confieren propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y regenerativas.
La capacidad que tiene la caléndula para aliviar la inflamación cutánea es extraordinaria, esto se debe a la presencia de flavonoides y triterpenoides en sus flores, los cuales tienen efectos antiinflamatorios que ayudan a reducir la irritación y en enrojecimiento de la piel.
Dentro de sus múltiples beneficios, la caléndula es un gran antioxidante, sus flavonoides, carotenoides y ácido ascórbico actúan como protectores para las células de la piel, combatiendo el daño oxidativo causado por factores ambientales como la exposición al sol, la contaminación y el estrés. Esto es perfecto ya que ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel y le da firmeza.
Además de ser antiinflamatoria y antioxidante, la caléndula también es conocida por su capacidad para estimular la producción de colágeno que como ya sabemos es una proteína fundamental para la elasticidad y la firmeza de la piel, y su producción disminuye con el paso del tiempo. Es por ello que al utilizar productos con extracto de caléndula, estamos promoviendo la síntesis de colágeno,lo que nos deja una piel más suave, tersa y firme.
La caléndula es un ingrediente muy noble y un aspecto que hay que tener en cuenta es que es bien tolerada por la mayoría de las personas, incluso aquellas con piel sensible, lo cual la convierte en un ingrediente versátil que puede ser utilizada en una amplia variedad de productos cosméticos, como cremas hidratantes, lociones corporales, etc.
En definitiva esta planta con múltiples beneficios es una aliada perfecta para todo tipo de pieles, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y estimulantes en la producción de colágeno.